sábado, 2 de octubre de 2010

Refranes, retocados

El que madruga va a dejar de jugar

Sin fuerza de voluntad el tiempo hace pasar el amor

Un sueño olvidado no vale nada

No por miedo a errar no vas a bailar

A caballo regalado Dios lo ayuda

Al que toca no se le miran los dientes

El amor hace pasar un sueño sin estrellas

jueves, 30 de septiembre de 2010

Loca, poetisa

Aquella muchacha escribía poemas. De lo más locos  eran. Tenía una imaginación de acá a la China, se imaginaba los paisajes más exóticos, más grandes, más desconocidos, unía personajes extraños, llegó a unir un elfo con una druida, era de lo más inventiva.
Había en sus poemas animales raros, asquerosos, nunca vistos; y los más conocidos, llegó a inventar un conejo con cabeza de lobo y uno tan común como un molusco.
Todo lo que ella escribía sucedía en la realidad, escribió llovizna y al día siguiente diluviaba. También sucedía con otras palabras como abanico o amatistas.
El color verde tampoco se quedaba atrás, estaban las glicinas azules más hermosas del mundo, los árboles más frondosos con sus frutos sabor cielo y sus raíces que dibujaban frases de amor o mensajes de paz que sólo las personas de corazón puro podían descifrar.
Cuando la muchacha se enojaba un humo negro aparecía en el horizonte, el simple aleteo de un pájaro destrozaba tejados y chimeneas.

Sus poemas no podían terminar sin una azucarada taza de café.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Vida & Muerte, las dos caras de una moneda

Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir. El hombre resiste y piensa: vida, ¿Que es la vida? ¿Para que sirve? ¿Para cumplir sueños? Nunca los cumplí, siempre recordaba: "no por miedo a errar vas a dejar de jugar". Nunca lo cumplí, tenía miedo, pánico, del error, ¿Y si me salía mal? Ahora me arrepiento. Solo y triste terminé. No hice nada emocionante de mi vida, y ahora ya es tarde. Si la vida me diera, un día, solo un día más, haría todo, TODO, lo que nunca me atreví a hacer.



martes, 28 de septiembre de 2010

ADIOS; LA PALABRA MAS DIFICIL DE DECIR

La muerte aterra, aunque uno lo niegue, es mentira, nos asusta, nos da miedo el final.
Un final que a todos nos llega; del mas lindo, al mas feo; del mas rico, al mas pobre; del mas flaco, al mas gordo; esta es la caracteristica que nos iguala a todos.
Uno piensa que es joven, que la muerte esta demasiado lejos como para preocuparte; pero al ver morir a una persona cercana, a un ser querido; uno se acongoja, se asusta, se atemoriza, tiene miedo.
Uno no quiere saber cual es le final de la vida, de uno. 
Las personas se quejan, de los finales tristes, pero los mas valientes, solo ellos, se atreben a hablar del fin de un ciclo, de uno mismo.
No, no quiero morirme, tengo miedo de cuando llegue mi propio final, estare lista, lo se, lista para lo impredecible.
El destino te va a encontrar, ya tenes tu fecha, es imposoble, escapar de "el destino"

Romina Yan, descansa en paz , sabe, que siempre vas a estar en el corazon de todos y cada uno d nosotros.
Fuerzas cris, gustavo, dario, franqo, valentin y azul!


El comienzo de mi fin

Comienzo a respirar, todo nuevo, conozco a mi madre; un cuerpo vacío, pálido… muerto; yo fui la causa de su muerte; nunca me lo perdonaré.
Mis primeros meses de vida, mi padre, un hombre humilde y puro, me alimenta, me cuida, me ama.
Tres años, jardín, amigos nuevos, personas nuevas, palabras nuevas, mi nuevo inicio.
Séptimo grado, terminaba la primaria y empezaba a ser señorita; mi padre atónito por ese momento, sin saber que hacer; lo tranquilicé y fui por mi propia cuenta al ginecólogo.
Cuarto año; cuarto año… de nuevo. Muere mi padre, me deprimo; vuelvo a repetir.
Bebo, para olvidar mis penas; no me ayuda.
Dejo la escuela, busco un trabajo para mantenerme; alquilo un departamento, no me alcanza el dinero.
Robo, sobrevivo.
Encuentro a un chico, me enamoro, me caso.
No quiero, no lo quiero más. No puedo separarme, no puedo volver a robar.
Voy a un río, a ver, a pensar, veo la luz; en segundos veo pasar mi vida, todo rápido, apurado por terminar, era mi fin, estaba por morirme; seguí la luz, anhelado futro; la luz se acabó, se convirtió en cielo. No encontré a Dios, sino a mi madre; por fin la conoceré.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Nunca digas, nunca

Hay que ser positivo, siempre; en todos los casos. Nada esta perdido... si lo intentas
Cuando ves que algo no tiene salida, búscala, siempre la vas a encontrar; sino, inventala, créala.
Todos tenemos las fuerzas suficientes para hacer todo, solo hay que ponerle garra!


Todos nos caemos; y solo los mas valientes se levantan. Hay que seguir, seguir hasta encontrar lo que uno quiere.
El objetivo esta,  búscalo; pero lo que si; nadie dijo, que esto, es fácil.

For ever, and... ALWAYS

Siempre, antes de querer tener un novio, casarte, formar una familia, Siempre, recorda : que vas a tener que estar en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad.



Ensayo de mi ceguera

Colores. La vida esta llena de colores. “¿Me pasas la lapicera negra?”, “¿Te gusta mi remera lila?”, “Odio el color de mis ojos”, “¿No es lindo el color de mi pelo?”
Todo se basa en eso. Nunca lo siento, nunca lo vivo… nunca lo veo.
Me llamo Facundo y soy ciego desde los 4 años. A esa edad tuve una muy grave enfermedad que no pude solucionar, ya que no podíamos comprar los medicamentos importados; estábamos atravesando épocas muy difíciles. Mamá era incapaz de pagar de pagar altos precios.
Mi madre; la oigo todos los días llorar por mi, y le digo que no se preocupe, que ya me acostumbré, no es difícil… no ver.
Madre soltera y con dos hijos, la entiendo, es muy difícil mantenernos.
Tengo un difuso recuerdo sobre ella, era… es hermosa; un hermoso y largo perlo, color… no se; unos grandes ojos, color… no se; una boca carnosa, color… no se. Lo intento, la intento recordar, soñar con ella, pero nada; cada día que pasa, me es más difícil verla, saber quien es.
A la escuela no voy, y una maestra particular me es imposible pagar, así que mamá me enseñaba por las tardes, me hablaba de la vida, que es, que fue.
A la calle no salgo mucho, tengo miedo, miedo de perderme, y de nunca más poder volver
Tampoco conozco a demasiada gente que digamos; solo a mi madre, hermana, alguna que otra de sus amigas, tíos, abuelos… y a mi padre; la presencia masculina que nunca tuve, el se llama Ignacio; nos abandonó un cuatro de noviembre de 1934, para nunca más volver.
Mi madre lo lloró día y noche, esperando que vuelva, pero eso, nunca ocurrió. Hoy en día, febrero de 1950, mamá lo sigue esperando, en vano.
El amor, nunca lo sentí, es difícil sentir algo que nunca tendrás; aunque me lo expliquen y me lo expliquen, nunca lo entiendo; ni siquiera ellos saben lo que es el amor.
Me cansé, no quiero hacer sufrir a más gente, me quiero ir de casa, para nunca más volver. Lo se, se que mi madre me llorará día y noche, no soportará no tenerme cerca, pero ese sentimiento se ira, de a poco me olvidará, solo soy un bulto en su vida, no me necesita; alguna que otra vez me recordará; pero eso será tan solo un problema de la memoria; el que no puede olvidar un pasado que ya fue, que nunca volverá.
Tomé mi abrigo, un poco de dinero y me fui, sin dejar huellas, ni cartas de perdón. Me voy, solo por la vida, esperando que me deparara.
Cruzo una calle, no me doy cuenta, me tropiezo, caigo; pasa una ambulancia; pero no en mi ayuda; el dolor se acaba, todo pasa; detrás de arcoiris esta el cielo, lo veo todo claro, todos los colores; se acaba, se fue ilusión; entro en un cielo… blanco.






domingo, 26 de septiembre de 2010

Él, el que nunca llegó

Lo veo, lo miro, lo siento y no me canso.
Veo a sus ojos resplandecer con la luz del día, del atardecer, del crepúsculo, de la noche.
Lo veo y me mira, creo que me mira, me ilusiono, sueño.
Pasan días, noches, y nada. Lo espero, lo sigo esperando. Nada. Me imagino un mundo mejor, en el que soy feliz, en el que me ama.
Lo espero, lo sueño, lo quiero.
Los días pasan, lo meses pasan, los años pasan, la vida pasa.
Me canso, lo amo, me caso, tengo un hijo, dos hijos, tres. Lo quiero todavía, lo espero todavía, lo sueño todavía.
Se casa, la ama, la odio.
Los años siguen pasando, las esperanzas van desapareciendo; el deseo nunca.
Se muere mi marido, lo sufro, lo lloro, me recupero.
Lo espero, mis días se acaban, rezo para que llegue.
Tocan a mi puerta, nada, insisten, nada, era demasiado tarde; ya había partido.