miércoles, 27 de octubre de 2010

Historias de cronopios & de famas


Historias de cronopios & de famas



Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj



Piensa en esto: Cuando te regalan un reloj, te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que re dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes, no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te ataras a la muñeca y pasearas con tigo. Te regalan, no lo saben, lo terrible es que no lo saben - te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa, con un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj, te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se caiga al suelo y se rompa. Te regalaran su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalaran la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tu eres el regalo, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.

Julio Cortazar




Mi versión de 

Historias de cronopios & de famas



Pensa en esto: me regalaron una remera, el diablo top, mangas con garras, el mismo infierno, pero violeta. No me la dieron sola, con el " Hay! Feliz Cumple", " Esperamos que te encante", " Lo elegimos con todo el cariño para vos", " Lo compramos especialmente porque hace resaltar tus ojos" ... TODAS MENTIRAS!, se olvidaron de que justo hoy era mi cumpleaños y compraron algo rápido; pero me llego, me toco el corazón lo que me dijeron.
No saben, ¡¿Por que no lo saben?!, que este regalo improvisado, un sueño cumplido, se va a convertir en mi peor pesadilla, algo que forma parte de mi cuerpo, pero no lo es.
Lo tengo que poner en mi cuerpo, por ese agujero chiquito, que apenas pasa por mi cabeza; recién peinado aclaro. Los dolores de cabeza que sufriré!
Me regalan la necesidad de ponérmela cada vez que salgo con ellos, me regalan el estrés, el miedo de romperla cada vez que la lavo, la obsesión de limpiarla cada día para que no pierda su brillo, su magia. me regalan, por supuesto, la marca, esa etiqueta que no vale nada, pero que resalta. Me regalan esa mania de ahora en mas compararla con mis nuevas remeras, con este regalo maldito.
La verdad pensandolo lateralmente, a mi no me regalaron una remera, yo soy la regalada, a mi me ofrecieron para e cumpleaños de la remera; que desilucion.