martes, 5 de octubre de 2010

Final... obvio?

Una pequeña joven, estudiante de una escuela de monjas muy ortodoxa, se le reveló a una monja faltándole el respeto de una forma aberrante y así expulsándola del internado.
La pobre ex monja no sabe que hacer con su vida, ya no tiene sentido vivir.
Triste, sin dinero, comida, ni ropa, cose sus propios vestidos para poder salir medianamente decente a la calle. Siempre antes de salir, esta pobre joven reza para que algo bueno le pase, pero nunca le da resultado. 
Un día como cualquiera sale a buscar trabajo y llega a un bar, que desafortunadamente estaba cerrado por duelo. Desilusionada vuelve a su hogar y esperanzada de que al día siguiente pueda conseguir un trabajo se va a dormir.
Al día siguiente vuelve al bar, afortunadamente abierto y le pide a uno de los empleados si la puede contratar, le dice todas las habilidades que tiene. Le contesta que el no la puede contratar, pero que ya mismo iba a llamar al dueño.
Al llegar, la mira y cae profundamente enamorado, sin preguntarle siquiera el nombre, la contrata.
Ella esperanzada le ruega empezar a trabajar ese mismo instante. No se le niega.

Ni bien llega a su segundo día de trabajo, el dueño desesperado, con su impecable esmoquin negro y corbata le pide una cita a la joven. Sorprendida, se le niega.
El le dice que es portugués, que es millonario y que en Portugal es considerado un Rey y quería que ella fuera la reina. Sin importarle nada de lo que le dijo, sigue negándosele.
Luego de un tiempo de pensar, cree que es lo mejor salir con el dueño, por que tiene miedo que si no acepta, que la echen.
Al llegar a su tercer día de trabajo lo primero que hace es comunicarle al dueño que aceptaba salir con el. Sorprendido la besa en el cachete y encarga el local a uno d los empleados para poder salir tranquilo a su cita.
Mientras arregla algunas cuentas, uno de los empleados toma a la joven y la lleva a un rincón. Desesperada intenta huir, pero le dice que espere, que le necesitaba decir algo importante; le cuenta que el dueño quiere salir con ella para olvidar a su difunta mujer; que siempre hace lo mismo, las usa, se divierte un rato y cuando se aburre las mata y busca otra. Le dice que se escape con el, que huyan a otro país, que el si la haría feliz. Creyéndole lo que le dijo, acepta su proposición.
Juntos fueron a España, se casaron y tuvieron una hija. Estaba contentísima, por fin todo lo que había rezado funcionó.
Después de un tiempo, su marido le dijo que estaba cansado de lo aburrida que era la relación que le parecía que tendría que haber un cambio.
Le dijo que para ella la relación estaba bien, que no quería ningún cambio.
Al mes siguiente el padre le dice a su hija que le iba a presentar a su nueva madrastra.

lunes, 4 de octubre de 2010

Decisiones... ¿Correctas?

Una mujer escribe en su diario íntimo – “Martes 29. Roma, Italia.
Querido diario: hoy mi prometido Juan me propuso matrimonio, quedé atónita, cuando con su esmoquin negro se arrodilló y sacando un anillo con un diamante gigante me pidió matrimonio” – 
La joven Georgette no sabia que hacer, estaba en un gran problema, le gustaban dos chicos: su prometido y Francisco, el mejor amigo de Juan.
- “No se si aceptar la proposición, tengo miedo” – Cerró el diario y se quedo en su cuarto, pensando.
Francisco llama a Georgette para decirle – “Amor mío, me he enterado lo que te propuso Juan; estoy triste; cada segundo que pasa siento que te pierdo, que estoy más lejos de tenerte junto a mi” - - “No me hagas esto, sabes que duele mucho pensar en perderte, en la cruda y dolorosa decisión que hay que tomar. Te amo apasionadamente, sabes que me escaparía con vos para siempre, sin importar nada mas, pero no puedo; a Juan lo quiero, y el verdaderamente me ama; no se que hacer, voy a pensar y luego te llamo. Adiós, te quiero” - - “Esperaré con ansias tu respuesta; Adiós, yo, te amo” – Ella al corlar se pone a llorar desesperadamente.
La decisión era muy difícil, elegir entre el hombre que la amó toda la vida, o un amor imposible, pero deseado.
Paso mucho tiempo, pero la decisión estaba tomada, lo único que faltaba era llamar a Francisco para comunicarle la decisión. Dolorida, marca su número con pánico y espera 
- “¿Hola? ¿Quién habla?- - “Hola, solo llamaba para decirte que ya tome la decisión” - - “Amor mío, gracias por llamar, estaba esperando con ansias tu llamada, por favor, dime cual es” - - “Mi decisión fue… elegir a Juan. Lo lamento, pero lo amo, no lo puedo defraudar, pendón, por favor no me odies, nunca te voy a olvidar, siempre estarás en mi corazón. Y… también te quería decir que me voy a mudar del país para que me sea más fácil olvidarte; por favor te ruego no me persigas. Adiós, hasta siempre, te quiero” – la joven cuelga el teléfono sin querer escuchar la respuesta. Francisco sin importarle que no lo este escuchando, le dice al teléfono – “Te amo, siempre te amaré, no te preocupes, yo tampoco te olvidaré, y no te perseguiré, porque no me importa que no sea con migo, solo quiero que seas feliz. Adiós, yo también te quiero” -

Los años pasaron y pasaron, Georgette y Juan se casaron felizmente y tuvieron dos hermosos hijos.
El tiempo siguió pasando, sus hijos, ya mayores, dejaron su casa y se fueron a vivir solos; Georgette y Juan se quedaron solos de nuevo.
Ella estaba en su silla mecedora recordando viejos tiempos. Abre su viejo diario y empieza a leer lo que escribió y se ríe. Recuerda a Francisco, todo lo que sufrió por el. Luego ve una foto de ellos y dice – “Tomé la decisión correcta” – Se sigue riendo mientras se levanta y le da el beso de las buenas noches a su esposo y se va a dormir.
El también recordó viejos tiempos ese día, abrió un libro que leyó cuando era joven y fue directamente a la última página; Allí había una foto de él con la hermana de su mujer, besándose, entonces el piensa – “¿Habré tomado la decisión correcta?” - 

domingo, 3 de octubre de 2010

Sueño... o?

Nuevo. Nuevo ropa, nueva apariencia, nueva actitud, nueva vida. Nueva esperanza.
Una joven no mayor de 35 años emprende una aventura.
El tren llega. Sonríe. Entra y se sienta. Le queda un camino largo para recorrer.
Soltera, todo tipo se le tira encima. Harta se duerme. Despierta. Nada. La nada. Todo desapareció. Sus valijas, todo el asco hacia los hombres, su esperanza. Recuerda. En su sueño había monstruos, bestias malvadas. Mataron a todos; menos a ella. La necesitaban. Desesperada huye. A ningún lugar. Corre, la persiguen. ¿Quién? No lo sabe. Se tropieza. Cae. Se desmaya. Pierde la razón. Despierta. Se terminó. Ya está. Había terminado el sueño. O...¿Era el comienzo de la pesadilla?